La respuesta siempre viene después, tras buscarla. No dispone del primer paso, pierde la iniciativa. La respuesta no siempre es verídica, puede ser una mala respuesta o quizás ser falsa.
No busques la respuesta.
Se el enigma.
Rodea todo cuanto haya a tu alcance, o mas allá, moldeándolo a tu antojo, crea la iniciativa.
Tienes que tenerlo todo, verlo todo, serlo todo, saberlo todo, cogerlo todo, romperlo todo y dejar que llegue el trueno, y entonces olvidar.
Hay que ser el canto y el río, la montaña y el mar... Hay que encajar donde no se quepa, no dudar mas que la duda razonable.
Brama con la sabiduría del desconcierto, para no dejar pasar aquello que nos sirva por orgullo, y plantea un muro de incertidumbre, de tal forma que al escalarlo veas nuevos horizontes.
Siempre habrá un pico más alto.
Conviértete en el enigma.
Crea la situación, dirigela y da solución al acertijo.
Que cada palabra guíe tu propia sabiduría.
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