viernes, 13 de febrero de 2015

ositos gummie

La textura, única e inolvidable, hacia estremecer los miembros del joven. Lo recuerda con tesón, cavilando en su cuarto, mientras en la boca una sonrisa se dispone a dispararse.
El camino, el recuerdo, la charla, los mensajes, la bravuconería... El "aware".

Predispuesto a dar rienda suelta a su imaginación se detiene momentáneamente. No, no es el momento, no es prudente. Ya no queda ningún osito en su encimera.
Le gustaba todos y cada uno de ellos, pese a que el amarillo quizás renqueara un poquito.

Entonces, con una tímida mueca de lastima se levantó de la cama. Tenía antojo de ositos gummie.

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