martes, 30 de abril de 2019

Corazón sin hambre, corazón hambriento.

Despuntando hacia el alba se alzaba la espalda de Damocles, brillante y firme como el propio amanecer, desafiando a los pobres mortales que veían como su aciago destino les alcanzaba. Entre sollozos se oian lamentos y maldiciones al dios que sujetaba el filo de manera implacable.

Era el precio que había que pagar, sin más.


-"Para aquellos que buscáis la perfecta asimetría del amor no idoneo".

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