En el regazo del momento nada me molesta.
Mecido por el fluir de la vida, convirtiéndome en cera para que un fuego me derrita.
No es pena ni culpa lo que siento, solo recuerdo que persigo mis sueños y así es como debe ser.
Memento mori, me dijeron, y pese a que moriré, como todos, no lo haré sin disfrutar que todo fue como debió ser.
No se si al final valió la pena, pero prometo confirmarlo antes de que se me olvide.
Es mi única manera de dar las gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario