lunes, 3 de septiembre de 2018

Zapatero a tus zapatos

Rezando por la calle se encontraba el párroco, acudiendo a las casas mas decentes y las mas pudientes. 
El señor de las tierras por sus cortijos paseaba, atendiendo sus finanzas y acribillando a los mas pobres.
El enterrador, como no, por sus camposantos reposaba los pies mientras esperaba la siguiente función.
Y así, cada cual vuelve a sus menesteres al comenzar el alba... pero todos tienen algo en común.
De una mujer nacieron, por una mujer sufrieron, en el prostíbulo se encontrarán y al final... todos pasaran a ser polvo.