sábado, 22 de febrero de 2020

Marca

Un camino a oscuras.
Un viaje sin fin, arrastrándome a campar sin fin como un idiota.
Un sendero en el que no soy capaz de sentir soledad ni ansiedad aun mirando hacia un cielo nocturno y oscuro. Un cielo de estrellar cayendo.

Una bóveda oscura marcada por astros conectados en constelaciones, como una vida conectada por vivencias.
Estrellas que marcan el cielo, como gente que tinta tu alma.

Cometas, que como aromas, recorren la esencia del cielo como garras que lo arañan durante un frugal momento, como las palabras, cuando son libres en el aire, pueden rasgar el alma... Siendo un alivio, o incluso una maldición necesaria.



-"No dejes que nadie sea tu ikigai".


Esta noche no escucho voces que ríen y ensordecen mis oídos, mientras te miro a los ojos viendo mi propio reflejo... Ese que me recuerda que aun fuera de mi mundo existo.

Ojala en vez de sentir el miedo que detiene el tiempo y mis pasos, que retiene mis palabras presas, fuera capaz de robarte una sonrisa capaz de quebrar cualquier barrera.

Esta mancha da miedo y no da valor.