Una vez estuve tan confundido que decidí darme a los mares, que me llevaran por donde las corrientes quisieran. No mirar atras, no buscar donde mis cabos atar, no querer saber nada de la verdad... Poco mas que esos eran los lemas que yo esos días llevaba por bandera.
Pero supongo que esos días terminan cuando se desea no seguir en una dinamica de tonos negros u oscuros, en el momento en el que al entrar en la siguiente cueva (haya oso o no) prefieres encender la antorcha que una cerilla, por aquello de no quemarte los dedos mas que por ver mejor.
Es entonces cuando te encuentras dispuesto a que te juzguen, te conozcan e incluso, porque no, dejarte querer.
El acto de quererte tanto como para dejarte querer implica que estas dispuesto a crear una "junta" extraordinaria (que nunca se desconvoca) para tomar decisiones.
La cuestión es... En que momento se puede dejar que un koala tome decisiones en el comite sin pensar que alguien esta loco...!
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