domingo, 1 de septiembre de 2013

jabba babba

Hay rinconcitos del corazón que solo un acertijo puede abrir.
No es que los escondas, ni nada por el estilo. Sencillamente están allí, son al alma como el recluso a la cárcel.

En ocasiones pequeñas llaves, tan diminutas que ni se ven, son capaces de abrir algún cofrecito que contenga algún pedazo de ese sentimiento intrínseco en la naturaleza de cada humano. Abriendo algo mas allá que la carne, desgarrando el corazón hasta desde la letra a la prosa. 
Y como aquel que busca el santo grial activamente nunca es capaz de encontrarle, aquel que busca el hada que hace las veces de sereno del alma de otra persona no es mas que capaz de toparse con muros infranqueables que terminan por disuadir hasta el mas tozudo de los aventureros.

-"¡Ay de aquel que ose perturbar el descanso del señor!".

Rachas... Como el viento, vienen y van. Pero nunca se quedan eternamente. 

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