viernes, 30 de julio de 2021

Seasick

 Nos quedamos mudos en el momento mas oportuno, ya que nada nos hacia hablar ni nada nos quedaba.

Andábamos esquivando la música mientras el vino gritaba en mi garganta, dando a entender que el momento nos clamaba que siguiéramos allí, perdiendo la vista en un infinito que empezaba y acababa en tus ojos.

Pitidos en mis oídos me impedían escuchar nada mas que una respiración que mesmeriza como sirenas en la mar.

La habitación zumbaba mientras el techo se alzaba dejando mis palabras cautivas en una prisión de cristal.

Creo que si alguna vez vi una vestal fue entonces, capaz de curar la alexitimia y sonrojar al mas puro paladín.



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