miércoles, 14 de marzo de 2018

La inmensidad no se mide en metros.

Atorado en un extraño sin par, que donde allá que alcance la vista no hay mas que oscuridad.
Es curioso ese sentimiento que se lleva dentro, que quema por segundos y que ni yo entiendo. Que rasca lo que toca, que toca lo que duele y que mancha lo que mueve.
No busco razones para curar corazones, no quiero entrañas para sensaciones extrañas.
No encuentro, no hallo, no soy capaz de darle mas explicación que Matrix tuvo un fallo.
Ojala me equivoque, ojala diga que me oye... ey! Y porque no, espero que me roce ese ángel que anda por aquí y que me evade.
Puede que la musa se haya ido con otro, puede que se la folle y le compre oro... Puede...
Pero lo que tengo seguro es que ahora mismo ando mi camino, continuo siendo uno conmigo mismo. Que quiero y puedo, que encuentro las baldosas a pisar, y que nada tiene menos sentido que lo que dejo atrás.
No se que decir, no se que hacer... hay días que la pena puede tumbarme hasta a mi, que nunca he sentido la necesidad de sentir mas dolor del habitual. Pero oye, que mas da.
Puede que otro día se quede como esta, o puede que otro día me vaya de la ciudad.
No se que me depara el futuro, pero lo que se es que te juro que nunca he estado mas seguro que lo que siento ahora es mi vida la espada del rey Arturo... Y que si algún día claudico espero que alguien venga y me la enclave en lo mas oscuro de mi alma perdida.

-"Saltar al vació con una cuerda atada a la barriguita... Sin mas".

Marchando por el sendero... A la izquierda y a la derecha no veo nada mas que un bosque de oscuros maderos. No es ébano, no es cerezo... son mis miedos acechándome por aquellos errores que nunca podre borrar. Es mi materia gris buscando venganza, y cobrándose todas esas estúpidas alabanzas que un día me creí y que ahora me juzgan sin dejarme ir.

Menos mal que un amuleto de koa me hice, con forma de ukelele, que me ayuda a cantar mis alabanzas y hace que el sol brille con mayor templanza.

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