viernes, 17 de mayo de 2019

Como guinda, la marcha

Que las fronteras se alzan como muros franqueables es conocido por todos.
Pero no todos los que la pasan correrán el mismo destino, ya que el cadalso con ansía espera al pobre misionado mientras que la pila bautismal en la parroquia espera al misionero.

 Si mi vida fuera una calavera, tus muelles fueron las Americas. Repletas de especias y tabaco, colmadas de plata y oro.
Pero entre tanto y tonto, espero se me perdone, había más hallazgos entre la maleza.

Mas allá de las cuevas y maleza, el frió siempre llega. A la vida, al colchón y al corazón.
Dicen que alarga la espera de la parca, aunque lo recuerdo mas bien alargándome los días, crujiendo mis maderas y astillando los huesos.

Aun recuerdo el calor, convertido en un pelo recogido mientras el color de unos ojos, que despuntaban en la mañana, juguetones esperaban mis estupideces.
Aun recuerdo como he olvidado todo eso, para nunca mas vivir lo mismo.

No quiero mas sentimiento, solo es una despedida como otra cualquiera.


-"La brisa del viento fue capaz de apagar la llama de un candelabro. Así es como el frío invernal, la desconfianza y el dolor no podían ser menos".

Aunque quiero ser de cera para fundirme, siempre he sido la llama que derrite a otros.

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